logo

LATIN JAZZ MONDAYS W/ TROMBONILLA FEAT. LUIS BONILLA, IVAN RENTA, BRUCE BARTH, ANDY MCKEE, JOHN RILEY & SPECIAL GUEST ROBERTO QUINTERO

Trombonilla-200x200

Date/Time
Date(s) - 03/28/2016
9:30 PM

Doors at 6:30pm

Price
$10.00


BUY TICKETS

Featuring:
Luis Bonilla – Trombone
Ivan Renta – Saxophone
Bruce Barth – Piano
Andy McKee – Bass
John Riley – Drums
& Special Guest Roberto Quintero – Percussion

Website / Facebook / Twitter

English Español
If ever an artist could be called an octopus, Luis Bonilla is it. The California raised, Costa Rican trombonist, composer and arranger has sought out, taken in and mastered an incredible array of musical styles. His success as a sideman with such greats as McCoy Tyner, Dizzy Gillespie, Lester Bowie, Tom Harrell, Freddie Hubbard, Astrud Gilberto, Willie Colon and Toshiko Akiyoshi attests not only to the skill and variety of Bonilla’s talent, but also to a mind restlessly committed to exploring some of the most complex and demanding music of our time.

Yet there is nothing rarefied about the Bonilla experience. He has worked as a studio musician with Tony Bennett, Marc Anthony, La India and Mary J. Blige and understands and exploits the liveliness of pop as well as the rhythmic sway and punch of Latin Jazz. Currently a member of the Vanguard Jazz Orchestra, the Afro-Latin Jazz Orchestra under Arturo O’Farrill’s direction (both 2009 Grammy winners) and Dave Douglas’s latest group (Dave Douglas & Brass Ecstasy), Bonilla is one of those rare artists whose work is always expanding, taking in more and more while remaining singular and focused: “Bonilla may be a trombonist used to handling that big long sliding thing, but when it comes to execution of his ideas, he lets nothing slide” (All About Jazz).

Critics praised his first two albums on the Candid label, Pasos Gigantes (1998) and iEscucha! (2000), acknowledging Bonilla’s ability to give voice to radically different musical sensibilities with an ease and seamlessness that belies the rigor and sophistication of the music. Pasos Gigantes made Jazziz’s top ten Latin list of 1998. Even as early as these first two albums, critics noted Bonilla’s leadership and sophisticated use of tonal colors. As a faculty member at both Temple University and Manhattan School of Music, Bonilla has an intuitive sense in how to bring out the best in those working with him. Listen to any of his albums and you will hear an extraordinary level of trust and inspiration in each band member’s playing. As the critic for All About Jazz noticed, “Bonilla gives his colleagues ample space to breathe, adding momentum to the flow of his compositional ideas.”

His next album, 2007’s Terminal Clarity was a celebration, reflection and aesthetic extension of his years working with Lester Bowie. While retaining the brash harmonic structures of his mentor’s work from Brass Fantasy to his earlier and justly famous work with the Art Ensemble of Chicago, Bonilla adds a “contagious exuberance” (Jazzwise magazine) that is at the heart of his artistic vision. Without in any way diminishing Bowie’s audacity , Bonilla manages to balance “the cerebral and the down-and-dirty (Jazz Times), taking “bold steps to merge Latin genres, free jazz and a variety of other influences (Latin Jazz Corner).

In Bonilla’s latest album, I Talking Now! (2009), he pushes these disjunctions even harder, politely demanding that we feel connections between wildly disparate styles of music. A heady mix of swing, rock, free jazz, funk, movie soundtracks, avant-garde noise and ballads, I Talking Now, for all its musical diversity, speaks with one voice. It is a distinctly American vision, a gentle craziness that suggests that every one and every sound can co-exist if we just keep on taking in more and more. Luis Bonilla is moving in directions that are expanding our notions of jazz and leading us into startling new realms with “remarkable creativity and versatility” (Newsday).

Si alguna vez un artista que se podría llamar un pulpo, Luis Bonilla es la misma. La California planteado, trombonista de Costa Rica, compositor y arreglista ha buscado, recogido y dominar una increíble variedad de estilos musicales. Su éxito como acompañante de grandes como McCoy Tyner, Dizzy Gillespie, Lester Bowie, Tom Harrell, Freddie Hubbard, Astrud Gilberto, Willie Colón y Toshiko Akiyoshi atestigua no sólo a la habilidad y variedad de talento de Bonilla, sino también a una mente inquieta comprometido a explorar algunos de los más complejos y exigentes de la música de nuestro tiempo.  

Sin embargo, no hay nada acerca de la experiencia enrarecida Bonilla. Ha trabajado como músico de estudio con Tony Bennett, Marc Anthony, La India y Mary J. Blige y entiende y explota la vivacidad del pop, así como el traqueteo y el empuje de Jazz Latino. Actualmente es miembro de la Vanguard Jazz Orchestra, la Orquesta Afro-Latin Jazz bajo la dirección de Arturo O’Farrill (ambos ganadores de 2009 Grammy) y el último grupo de Dave Douglas (Dave Douglas y latón éxtasis), Bonilla es uno de esos raros artistas cuyo trabajo es siempre en expansión, teniendo en más y más sin dejar de ser singular y centrado: “Bonilla puede ser un trombón utilizado para el manejo de ese gran cosa larga deslizante, pero cuando se trata de la ejecución de sus ideas, que no deja que nada de diapositivas” (All About Jazz).  

Los críticos elogiaron sus dos primeros álbumes en la etiqueta natural, Pasos Gigantes (1998) y iEscucha! (2000), reconociendo la capacidad de Bonilla para dar voz a radicalmente diferentes sensibilidades musicales con una facilidad y sin costura que contrasta con el rigor y la sofisticación de la música. Pasos Gigantes hizo lista de los diez América del Jazziz de 1998. Ya en estos dos primeros discos, los críticos señalaron el liderazgo de Bonilla y sofisticado uso de colores tonales. Como miembro de la facultad, tanto en la Universidad de Temple y la Escuela de Música de Manhattan, Bonilla tiene un sentido intuitivo de cómo llevar a cabo el mejor de los que trabajan con él. Escuchar cualquiera de sus discos y se escuchará un extraordinario nivel de confianza y la inspiración en juego de cada miembro de la banda. Como el crítico de All About Jazz notó, “Bonilla da a sus colegas un amplio espacio para respirar, añadiendo impulso al flujo de sus ideas de composición.”  

Su siguiente álbum, de 2007 Terminal Claridad fue una celebración, la reflexión y la extensión estética de sus años de trabajo con Lester Bowie. Al tiempo que mantiene las estructuras armónicas temerario de la obra de su maestro de latón de la fantasía a su trabajo anterior y justamente famosa con el Art Ensemble of Chicago, Bonilla añade una “exuberancia contagiosa” (revista Jazzwise) que está en el centro de su visión artística. Sin perjuicio de alguna manera la audacia de Bowie, Bonilla consigue equilibrar “el cerebral y el plumón y sucio (Jazz Times), tomando” medidas audaces para fusionar géneros latinos, jazz libre y una variedad de otras influencias (Latin Jazz Corner).  

En el último disco de Bonilla, me habla ahora! (2009), que empuja estas disyunciones aún más difícil, exigiendo que amablemente nos sentimos conexiones entre estilos, dispares de la música. Una embriagadora mezcla de swing, rock, free jazz, funk, bandas sonoras de películas, el ruido de vanguardia y baladas, me habla ahora, a pesar de su diversidad musical, habla con una sola voz. Es una visión típicamente americano, una locura suave que sugiere que cada uno y pueden coexistir cada sonido si sólo seguimos teniendo en más y más. Luis Bonilla se está moviendo en direcciones que se están expandiendo nuestras nociones de jazz y nos conducen a nuevos reinos sorprendentes con “notable creatividad y versatilidad” (Newsday).